Rubén y yo llegamos a mi habitación,estaba callada,tenía la mirada perdida y estaba helada.Me sentía débil y confundida.Me senté sobre mi cama y Rubén me abrazó.
-¿Te encuentras bien Niani?
-No,a ti no puedo mentirte,no sé que pensar,sí lo que ha dicho él es cierto¿entonces por qué me dejó? No entiendo nada,¡me voy a volver loca!-Empecé a temblar,quería llorar,pero no tenía fuerzas ni para eso,me iba sintiendo cada vez más y más débil.
-Tranquila,te prometo que aclararemos todo este asunto.
-Rubén,no me siento muy...-no pude acabar de hablar,caí sobre sus brazos cómo una pluma.
-¡Adriana! ¡Adriana por favor despierta!
Me tumbó sobre la cama y corrió a buscar una toalla húmeda para posarla sobre mi frente mientras me acariciaba la cara.Poco a poco fui despertando,estaba aturdida,no sabía que había pasado.
-Rubén...-Era un susurro que casi ni se escuchó,muy débil,pero lo suficientemente alto para que el me oyera
-Shh,no hables anda,será mejor que descanses estás muy pálida.
-No me dejes sola,por favor-Seguía susurrando,las fuerzas no me llegaban para más.
-Tranquila mi niña,me quedaré contigo toda la noche,y el tiempo que haga falta.
Yo no conteste,ya no podía,y el lo sabía.Los ojos se me cerraban solos,los parpados me pesaban cómo si llevará toneladas de peso sobre ellos,mi cuerpo no respondía a lo que mi mente ordenaba.Rubén se acostó a mi lado me abrazó y cómo pude me apoyé contra su pecho,me hacía sentirme protegida.Poco a poco fui quedandome dormida,hasta entrar en un profundo sueño del que nada podía sacarme.
A la mañana siguiente abrí lentamente los ojos al notar los primeros rayos de luz sobre mis ojos,seguía vestida pero sin zapatos,mire a mi izquierda y allí estaba Rubén aún, profundamente dormido y con sus brazos sobre mi cintura.Sonreí,cuando dormía parecía un angelito,aquello me trajó recuerdos de cuando aún eramos unos niños que jugaban a que eran novios,y ese juego se convirtió en realidad.Estaba tan metida en mi recuerdo que no noté cuando Rubén despertó y me estaba mirando mientras sonreia dulcemente.
-¿De qué te ríes?-Le pregunté con él tono mñas burlón que pudo.
-De lo guapisima que estas con los rizos despeinados cuando te despiertas-Soltó una pequeña risa que me contagió.
-Tonto-Le golpee suavemente en la frente mientras me reía.
-¿Te esncuentras mejor?-me apartó uno de los rizos que caía sobre mis ojos.
-Sí-Sonreí y me acosté sobre su pecho.
-¿En que pensabas antes?-Comenzó a acariciarme el pelo.
-En lo muchisimo que me querías cuando eramos pequeños.-Sonreí y lo miré.
-Y te sigo queriendo como entonces,nunca he querido a nadie cómo a tí,y creo que nunca lo haré-Se acercaba despacio,muy despacio.Sus ojos estaban clavados en los mios y yo ya,no tenía salida,pasaría lo que tuviera que pasar.
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